“HABANA PUNTO CIEGO
ENTRE EL
PROCESO DE PAZ Y LA IMPUNIDAD”
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a guerrilla en Colombia tuvo origen luego de los hechos ocurridos durante
el 9 de abril de 1948, cuando fe asesinado el caudillo Jorge Eliécer Gaitán
(1903 – 1948). Ese hecho fue el detonante para que explotara arbitrariamente un
presunto “odio partidista”. Este evento, gereró que
los campesinos, con claros ideales liberales, conformaran grupos de
autodefensas en contra de las agresiones del gobierno, uno de esos fue liderado
por Pedro Antonio Marín (Manuel Marulanda Vélez “TIROFIJO” (1930-2008) quien
pensó que la manera de sobrevivir, era el camino de las armas; argumentando que
quizá eso era lo único que le garantizaba mantener su vida y la de sus copartidarios.
De esta manera diversos dirigentes intentaron entablar
una negociación con los grupos guerrilleros; pero fue hasta 1998 cuando el
entonces presidente de la Republica Andrés Pastrana Arango (1998 – 2002 periodo
presidencial) , entabló la mesa de negociación en el
sector de San Vicente del Caguan , sitio que fue
tomado por la fuerza por el grupo guerrillero de las FARC. Con base en lo
anterior, y a partir de la publicación hecha por Saúl Hernández en el tiempo
refiriéndose a : “ Ahora los centros urbanos son el nuevo objeto de las FARC;
tumbar pueblos en el Cauca y atacar patrullas en el Caquetá no tiene la misma
repercusión que hacer atentados en la capital” , y diecisiete (17) años después
de la negociación, con una nueva alternativa estructurada por el Gobierno
actual podemos preguntarnos ¿Que probabilidad hay que
el actual proceso de paz en el que se encuentra el país se detenga?, teniendo
en cuenta las discrepancias existentes entre el Grupo Armado y el Gobierno
Nacional, aún más con las corrientes políticas existentes
Es después de esto que de manera objetiva, llegó a la
conclusión de determinar que todos como participes indirectos del “conflicto”,
que en realidad es una “guerra de poder”, podemos plantear que tanto los
idealistas
Políticos de derecha opositores al proceso y los
seguidores de la izquierda, quienes lo apoyan, tienen diversas opiniones;
teniendo como base su perspectiva y sus vivencias; Perspectivas que se han
analizado a través del conflicto y que un estudio socio-político de la
situación generan una gran polémica.
Tal es el caso del caso de diversos profesionales de las
diferentes ramas, quienes con su pensamiento unificado han planteado una
hipótesis que se basa básicamente en el hecho de que “Con los terroristas no se
negocia, no podemos permitir a quien ha matado, secuestrado y violado, nos
representen políticamente, o acaso, nos sentaríamos a negociar las políticas de
derechos de los niños con Garavito”, un punto muy válido, algo subjetivo desde
mi perspectiva, pero con un cierto toque de realidad sabiendo que ellos en su
posición opositora se basan en las atrocidades que estos grupos le han
efectuado a nuestro país.
Desde otro punto de vista, y siendo a la vez también muy
subjetivo su planteamiento de quienes con una firme ideología de izquierda
plantean que la paz es un proceso difícil y poco confiable teniendo en cuenta
el historial delictivo de ambas partes, quienes después de tantas discrepancias
se sienten en la capacidad y con el carácter moral de decidir sobre los miles
de males que le han ocasionado al país, sin embargo, ellos, en la firme opinión
de apoyar la oposición del país, son muy claros al establecer una teoría, que
en mi concepto resulta bastante peyorativa pero que no se distancia de la
realidad, argumentando, en las palabras de un directivo docente de la
Secretaría de Educación lo siguiente: “Colombia es un país de hienas,
conformado por un conglomerado social acostumbrados a comer estiércol y aún así muertos de la risa por ello”, concepto que en mi
muy humilde opinión resulta muy a fin con la verdadera problemática que
desarrolla el país, desbordando los límites de la ignorancia a la que muchos
con relación a la negociaciones nos vemos sometidos, bien sea por gusto, o
porque nuestra situación así lo atañe.
Desde esta vista analicemos y preguntémonos, no sin
querer desviar el tema y teniendo una vista más amplia de lo que los medios nos
dejan ver, si ¿Es el doctor Álvaro Uribe Vélez es la base del entorpecimiento
del proceso de paz?; es claro que el ex mandatario no apoya la negociación,
pero esto no lo convierte en el mayor contraventor de la paz, esto, teniendo en
cuenta el concepto de muchos de su seguidores partidarios, y de un otro tanto
que lo ven como un líder militar que pretende el exterminio de las guerrillas;
pero si tomamos en cuenta el silencio manifestado Luciano Marín Arango (Iván
Márquez) cuando en una de las múltiples entrevistas que le hacías le preguntan
si está dispuesto a pedir perdón por los actos cometidos; ¿No sería claro un
evidente entorpecimiento por parte del guerrillero?, teniendo en cuenta que
este es un país sin memoria, y sería lo mínimo que se esperaría, de esta simple
manera solo pretendo hacer planteamientos objetivos de que es lo que en una
realidad abstracta para muchos puedo o no estar sucediendo.
En este contexto, se ha materializado la realidad que la
negociación por la paz nuca había estado tan adelantada; si bien en las últimas
semanas se han perpetrado actos barbáricos contra la población civil -situación
que considero no debería pasar impunemente-, y aunque suene cruel e inhumano,
estos actos no pueden repercutir en más muertes, que muy probablemente van a
dejar las futuras guerras idealistas, que se desarrollaran de no concluir, el
proceso de que se está llevando a cabo.
Es por ello, que de manera amplia, en una revisión hecha
al proceso de “reinserción paramilitar”, se me ha hecho obvio, como a la vista
de muchos, que el proceso que se llevó a cabo con estos grupos armados
repercutió de manera diferente a lo que se esperaba. Si bien es cierto, que los
grandes cabecillas de estos grupos se “sometieron a la jurisdicción” y sus
subordinados aceptaron dejar las armas; muchos de ellos en su proceso de reinserción
formaron las bandas criminales (BACRIM) , grupos dedicados al exterminio
criminal que son caracterizados “los muchachos” en diversa regiones del eje
cafetero colombiano, y en otras no muy alejadas de esta realidad, quienes según
sus defensores, son quienes velan por su seguridad y la de los sitios en los
que viven. Al igual, este tipo de situaciones son las que toma como ejemplo
varios ex militares que en una opinión casi que unificada plantean un hecho muy
discutible pero que no se puede separar de la realidad que esta negociación
trae consigo “Si esto lo hacen ellos que son grupos relativamente nuevos, que
podemos esperar de grupos dirigidos por los terroristas de Iván Márquez y este
otro personaje Timochenco, que han delinquido siempre
y ahora quieren hacerlo desde el Senado, ellos no van a ser parte de esta
payasada que monto el gobierno” (palabras extraídas de una entrevista a un
grupo de exmilitares), criterio valido si analizamos que son otros los que
pelean la guerra de los negociadores.
En este punto del debate, y tomando opiniones de un joven
reinsertado, que por motivos de seguridad omitió su nombre, me deja muy claro
un punto que no puedo entrar a discutir y que es bastante claro desde su óptica
como ex guerrillero: “Quien sabe que esperan estos oligarcas que hagan los
comandantes, ellos no van a ceder y se van a tener que romper a plomo y bombas
hasta que se acaben, el uno o el otro”, ahora preguntémonos ¿Puede haber paz en
Colombia teniendo en cuenta esto?.
En los pasados días, diverso líderes políticos se han
pronunciado sobre el proceso llevado en la Habana, unos en apoyo otros en
contradicción, pero claros en buscar la paz; o al menos de alguna manera eso es
lo que entre riñas se deja ver. ¿Paz?; ¿puede haber paz en Colombia cuando
niños mueren de hambre, cuando ancianos mueren en las puertas de los hospitales
por falta de atención médica?, esto no es paz, seguridad no es paz, olvido no
es paz y es por ello, que esta situación ha creado tantas incertidumbres, que
nadie sabe cuál será la situación de Colombia en el futuro, ya sea porque las
negociaciones prosperen o fracasen.
Este tema ha sido tan polémico que los niños tienen una
opinión sobre el tema, lo cual se evidencia en la entrevista hecha a una
pequeña quien de manera inocente expresa: “Mi mamá me ha dicho que estudie para
que cuando crezca yo sea la que solucione la guerra (risas)... yo quiero ser
presidenta para que los niños no tengan hambre y puedan jugar y estudiar y ser
felices...”; esto nos debe crear una conciencia que si despiertan los niños al
ver que lo único que necesitan es tranquilidad y educación, situaciones, que en
mi concepto, no se darán si el proceso fracasa, pero que tampoco sucederán si
prospera y el resto de enigmáticos inconvenientes continúan.
Pero, si este “anhelado” trámite fracasa, los dineros
destinados a la educación se irían a la guerra, y la “tranquilidad” que el
gobierno pregona se perdería, ya que quienes pelearían son los miles y miles de
jóvenes, hijos de madres humildes de padres campesinos, que por falta de
educación les va a repercutir en lo que podría convertirse en una muy probable
muerte.
Colombianos, Antioqueños, Bogotanos, Opitas, Boyacenses,
todos, no seamos insensibles políticamente reflexionemos y preguntémonos ¿Es la
Habana un punto ciego para el conocimiento de la realidad que se vive, o
simplemente es un proceso de impunidad a delitos de lesa humanidad para ganar
un populismo histórico?, la paz es un derecho no un favor, somos nosotros los
llamados a motivarla. No nos permitamos ser parte de más impunidad, porque
algún día lamentaremos nuestra ignorancia. Aquí solo hay algo claro y lo expone
Iván Márquez: “No hemos venido a la mesa de la Habana a negociar impunidades” ,
algo que de manera parcial me responde a la pregunta hecha, y de la cual hago
una simple deducción, ¿si la guerrilla no negocia impunidades por que el
gobierno si, y si se negocian por qué no bajo criterio de verdad justicia y
reparación?; de esta manera y con cierto subjetivismo, sólo me resta decir, sin
querer parecer un firme partidario de apoyo o contravención, “Paz habrá el día
que la igualdad sea latente el día que los bandidos conocidos y camuflados en
una vida política paguen con cárcel los delitos cometidos, paz habrá el día que
como patriotas y hermanos de una nación, pensemos en estudiar y no en delinquir
para ser alguien, cuando nos detengamos a recordar todas esas barbaries
ocurridas y le demos nombre a quienes las promovieron dejándoles de dar nombres
y estatus que se ganaron con balas y sangre, paz queridos amigos habrá el día
que amemos a nuestro país tanto como amamos la ambición de tener dinero.
Iván Darío Becerra Grisales.